Las ratas son escalofriantes y desagradables, pero ellas no son del todo malas: ellas son buenos sujetos de pruebas, mascotas bastante decentes y más que excelentes drogas para hechiceros.
Considerando lo anterior, las personas con serios problemas de musofobia llegan a parecer un poco tontos — todas gritando y recogiendo sus faldas trepadas en la silla más cercana como respuesta a la aparición de tan pequeño roedor. Pero resulta de que los que se burlan ante el avistamiento de una rata son esencialmente adolescentes que se creen muy rudos siendo que sólo se alimentan del miedo de la víctima que no puede con su terror a las ratas es como gritar “¡no deberías de estar tan tenso! ¡Nada es más seguro que tener sexo desprotegido junto a una pila de machetes!”
#3. ¡No puedes mantenerlas afuera!
#3. ¡No puedes mantenerlas afuera!
Es el clásico tópico de las películas de terror: en ningún lugar estás a salvo. Desde la inexplicable y tranquila teletransportación de Jason, hasta la omnipresencia en la invasión de los sueños de Freddy, cualquier monstruo de película de terror tiene alguna manera de llegar hasta ti. Después de todo, las películas no terminarían de la forma que lo hacen si evitaras a los malos con tan sólo encerrarte detrás de una puerta con seguro.
“Lo siento, la puerta estaba abierta”
Con las ratas es lo mismo, no importa cuan cerrada crees que esté tu vivienda, ten por seguro que las ratas hallarán su camino si es que así lo quieren. Ellas pueden atravesar prácticamente por cualquier tipo de ventilación, y tú, no puedes simplemente arrojar algo por ahí para bloquearles el paso. Un estudio constató que las pequeñas ratas llegan a levantar objetos de hasta medio kilo para explorar un nuevo ambiente, pero si se pueden arrastrar por debajo, es mejor. También son capaces de comprimir sus cuerpos para atravesar por agujeros no más grandes que una moneda de tamaño medio. Ellas son básicamente las T1000 de la naturaleza: si los llegaras a intentar golpear con una malla de alambre, simplemente se escurrirían a través de ella.

Otras de las autopistas favoritas de las ratas son las tuberías tan pequeñas como de 4 cm de diámetro. Sucede que también las ratas son campeonas nadadoras. Combina esos dos atributos y tienes a un animal que puede entrar a tu casa (y lo hace) a través el retrete. Ese es un factor real y que en verdad sucede, y te aseguramos, que de ahora en adelante, seremos muy precavidos sobre donde hacemos popis.

Dios, con su famoso y retorcido sentido del humor, decidió darle a las ratas una extraordinaria fuerza en las mandíbulas, la cual está posicionada directamente hacia su cráneo para hacerlas aún más efectivas. Mientras los conejos disfrutan de masticar un buen pedazo de madera, las ratas no tienen problemas llegando a la ciudad y masticar entre ladrillos, concreto y cemento. Eso es probablemente porque el esmalte de los incisivos de estos roedores es más duro que el acero e incluso que el platino. De hecho, los dientes de las ratas nunca dejan de crecer, incluso pueden llegar a atravesarles el cráneo, entonces, literalmente es comerse tu casa, o morir.
#2. No las puedes evitar

Uno de los más desconcertantes aspectos de un monstruo de película es la implícita amenaza de expansión: los aliens de Alien son criadores rabiosos que utilizan a tipos como úteros gritones. La cosa de La cosa se multiplica como una ameba hecha de carne y dientes, y casi cualquier cosa nebulosa de una novela de Stephen King únicamente, puede convertir una pequeña y pintoresca ciudad en Maine en un culto asesino.

En Inglaterra, la población de ratas asciende a los 80 millones y ha crecido mas de un 200% desde el 2007 (Nota: ese número es del 2009, los números del 2011 están aún escritos en idioma rata y por desgracia, no fuimos capaces de traducirlos). Incluso con los métodos de control de peste modernos, el estimado es que hay al menos una rata por cada persona en las ciudades más grandes como Nueva York. De hecho “una rata por persona” es el estimado que da el gobierno para saber cuantas de ellas hay; y no, no se trata de la peor promesa de campaña que hayan escuchado.
#1. No las puedes encontrar

Los monstruos de las películas son maestros del sigilo: pueden atacar desde las sombras o estar escondidos a plena vista. Cthulhu se puede hundir en los antiguos mares, Freddy es un abstracto concepto en la tierra de los sueños y el Depredador puede, literalmente, hacerse invisible. Ellos no serían lo que son si simplemente los pudieras buscar en el directorio para que vayas a dejarles bolsas de popó incendiándose frente a su puerta, ¿o sí?
Tal cuál, es virtualmente imposible encontrar una rata. Y no lo digo en el sentido de “esto es realmente difícil para que lo hagas en un fin de semana”, quiero decir en el sentido de “una horda de especialistas altamente capacitados y con el equipo de la última tecnología les tomaría una temporada entera para encontrar a esa rata”. Un grupo de científicos, esperando aprender un poco más acerca del movimiento de estos roedores, llevo a una rata solitaria a una isla remota que de algún otro modo estaría libre de ellas. Le pusieron un collar de rastreo y pasaron 4 semanas identificando los lugares favoritos de la rata, dónde dormía, dónde se alimentaba, por dónde paseaba, todo.

Colocaron 3 docenas de trampas, llevaron a 2 perros de caza entrenados para el trabajo y cavaron 15 túneles, los científicos no pudieron encontrar a la pequeña rata, ni siquiera estuvieron cerca. Y peor aún , de alguna manera en algún punto la rata se las arregló para descomponer el sistema de rastreo que llevaba consigo, así que le perdieron totalmente el rastro. Cuando por fin encontraron a la rata McClane, 18 semanas después, estaba en una isla totalmente distinta a casi medio kilómetro de distancia. Hasta entonces, no tenían ni idea de que las ratas pudieran nadar tan lejos.
Así que si has visto una rata en tu casa, buena suerte encontrándola, cuando todos los esfuerzos colectivos de la ciencia y la tecnología han sido probados en contra de ellas, se han encontrado deficientes. Pero no, estamos seguros que a pesar de todos tus intentos no serás capaz de erradicar esta peste.
¡Ahi viene con la escoba!
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Fuente: http://www.biterama.com/